La vida esta llena de sorpresas y momentos que serán inolvidables y duraderos para siempre en nuestra memoria...ante nuestros ojos.
Hace bien poco, una tarde cualquiera disfrutando de un café tras un buen almuerzo con la matriarca, enfrascados en nuestras conversaciones y con los asaltos fugaces de la rama del árbol menor, oímos abrirse la puerta y vimos llegar una sonrisa orgullosa, algo tímida pero decidida y una sorpresa andante...
el árbol menor se había hecho unos tatus... Y aunque me había avisado de que lo iba a hacer, mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que en su pie izquierdo llevaba mi nombre...
Le queda genial, me encanta vérselo, y aunque ella lo sabe y yo también se que puede contar conmigo para lo que sea, es como si en cada paso que da me llevase con ella... Estuviese presente...
TQM
Muestra de amor preciosa
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