Aparecio y la cebolla se deshizo, no sólo acabo con todas y cada una de las capas, fue capaz de eliminar todo su contenido aún sin saberlo y conseguir tocar mi centro en un abrir y cerrar de ojos.
Me invadió, ocupo en nada mi todo y estoy encantado de todos y cada uno de los momentos de esa invasión permitida.
Invadió mi corazón... mi mente... mis deseos... mis ilusiones... mi pequeño hogar... mi felicidad que ahora es también la suya... La Luz de mi vida... mi saber estar... mis noches... mis planes... Invasión permitida de todo lo que ha sido posible y ha querido, y lo mejor de todo, es que esto solo es el principio, la conquista no ha hecho más que empezar...
Afortunada ella... Y afortunados son los que llegan al centro del alma
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