domingo, 25 de octubre de 2015

Estas ahi

La sabiduría no está directamente emparentada con la edad, los acontecimientos vividos, las experiencias pasadas... La sabiduría nos las da el día a día y con ello vamos creciendo, aprendiendo, fluyendo, sintiendo cada día más e intentando llevar nuestro barco hasta el mejor puerto.
Tengo la fortuna de contar con un sabio muy joven junto a mí, un veinteañero con cara de niño aún pero con una mente y espíritu de haber vivido mucho y de saber más que muchos octogenarios.
Siempre tiene una buena palabra, el pensamiento adecuado, las formas de expresarse dentro de sus limitaciones y sobre todo, ese amor que irradia a todo aquel que lo rodea y que a mí, aunque esté a miles de kilómetros me hace llegar como si estuviese sentado a mi lado.
Se de sobra que siempre podré contar con él y él sabe que tambien podrá contar conmigo, que nuestras vidas están unidas desde el mismo momento en que nos conocimos, en que nos miramos a los ojos, y que hasta el final estaremos ahí el uno para el otro en la forma que sea y en el instante que necesitemos.

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